Seguidores

viernes, 2 de diciembre de 2011

Capítulo 2

Al cabo de un rato de caminata, comencé a entender el verdadero significado de sus palabras. Y empecé a sentir ganas de correr, de marcharme, acentuadas por el horror que sentía pero me obligué a preguntarle cosas, a informarme.
-Y, ¿los que viven aquí son como nosotros, humanos?
-No.
-¿No?-empecé a sentir aún más miedo. Ya me imaginaba a unos pequeños hombrecillos verdes con ocho brazos venidos del espacio.
-Se parecen pero, desde luego, yo no conozco a gente con el pelo azul o cosas por el estilo.
-Ah, pero pueden ser teñidos-dije restándole importancia.
-No lo son. Y no es eso lo único que los hace diferentes de nosotros.
-Claro, tienen poderes mágicos-exclamé con sorna.
-Pues sí. Si los tiene una piedra, ¿porqué ellos no?
Lo miré, patidifusa.
-¿Y tú también?
-No, no lo sé. Si los tengo, los desconozco-dijo.
-Seguro que tienes, si eres el elegido-permanecí un tiempo en silencio, pensando un a nueva pregunta-¿Y quién nos va a ayudar?
-Por ahora nadie, tengo que demostrar-ya estaba otra vez con el tengo, tenemos-que no soy Akyan.
-Jo-dije.
-¿Alucinante, verdad?-lo miré, ¿le gustaba todo este lío?-En el sentido de increíble-explicó.
Asentí y continuamos en silencio.
-Este bosque, ¿tiene nombre?
-Claro, bosques de Eljan.
-¡Qué nombre más original! Necesitamos un poquillo de su imaginación.
-A mí me encanta tu nombre-dijo girándose e interrumpiendo la marcha.
-¿Sólo el nombre?-reí.
-Me encantas tú-sonrió antes de dar media vuelta y seguir.
-¿Sabes una cosa? Debería de haber comido, no creo que por aquí tengan una máquina expendedora ni vendan bocadillos.
-¿No comiste?-dijo mirándome.
-Pues no, salí del instituto y vine, y no quería comer y luego llegué a casa, dejé las maletas y me marché.
-Podías haber comido-apartó una rama con el brazo y la sujetó para que yo pasara sin problemas.
-Si hubiera sabido que iba a pasar esto, habría cogido una mochila llena de bocadillos. ¿Cuánto tiempo vamos a estar caminando?
-Hasta que lleguemos.
-¿A dónde?
-No lo sé-reconoció.
-Pues vamos bien-me quejé-¿No nos sería mejor utilizar un GPS?
-No se me ocurrió y además, de que no creo que el GPS tenga cobertura aquí.
Cobertura.
-¡Espera!-grité deteniéndome.
-¿Qué ha pasado?-dijo girándose veloz.
Saqué mi móvil del bolsillo y miré las barritas de la cobertura. ¡Sí! ¡Había cuatro!
-¡Hay cobertura!-exclamé, feliz.
Comencé a marcar el número de mi casa, pero, antes de que diera tono, el móvil se apagó.
-¿Qué ha pasado?-gemí-¡Pero si tenía batería!-comencé a sacudirlo-¡Vamos, vamos!
-Es inútil-musitó. Comprendí que ya lo había intentado.
Antes mis continuos intentos, el móvil terminó por encenderse.
-¿Y entre nosotros funciona?
-No lo sé, no pude probar con nadie.
En cuanto me saltó el mensajito de bienvenida, llamé a Pablo. Una música comenzó a sonar en su bolsillo. Lo sacó con incredulidad para mostrarme lo que decía en la pantalla.
Llamada entrante.
Noah.

Y una foto mía.
-¿Conoces a alguna Noah más?-pregunté.
-No-dijo guardando el móvil.
-Entonces, ¿porqué le has puesto foto?
-Para poder verte siempre que te eche de menos o necesite-explicó mirando al suelo.
Sonreí.
-Yo también te tengo foto-giré el móvil hacia él.
Se miró en la pantalla. Con el pelo algo más largo, me echaba la lengua a mí, la fotógrafa.
-Vaya foto, ¿eh?-dijo sonriendo.
 -¿Funcionará Internet?-se me ocurrió de repente.
Empecé a teclear pero no hubo suerte.
-¿Estos que viven en la Edad Media o qué?
Me sorprendió su respuesta.
-Parecido.
-¿Luchan con espadas, van por ahí haciendo el bárbaro y van en carros de caballos?-no sé porque me esperaba una civilización más avanzada, con coches voladores y cosas así.
-Más o menos. No van haciendo el bárbaro pero no tiene pistolas ni coches. No es porque no los hayan descubierto por ser una civilización más atrasada, si no porque no quieren. Son muy naturalistas.
Me imaginé a unos vegetarianos concienciados, pertenecientes a Green Peace, practicando culturismo y haciendo pesas.
-¡Qué raro es esto!-declaré.
-Cuesta acostumbrarse.
-¿Desde cuándo lo sabes?
-Desde mayo o así.
-¿Por qué no me lo dijiste?-me sentí engañada y traicionada. No confiaba en mí.
Suspiró y se giró, deteniéndose.
-Compréndeme. No podía, era muy peligroso. Alguna vez estuve tentado de contártelo pero es muy peligroso y por nada del mundo te pondría en peligro-dijo.
-Pero, ¿confías en mí?-pregunté.
-Por supuesto-se acercó y me abrazó. Acarició mi pelo y yo me estremecí.
Suspiré entre sus brazos.
-Vamos-indiqué.
Asintió, esta vez comencé a caminar a su lado. No me gustaba quedarme atrás, ligeramente rezagada, sentía como si de la maleza fueran a emerger unos brazos peludos y fuesen a sacarme arrastras de allí en cuanto Pablo se diese la vuelta.
-Tendremos que buscar algo que comer-dijo.
-Sí-seguía teniendo hambre-¿No pensaste en traer unos bocadillos?
Negó con la cabeza.
-No pienso las cosas tanto como tú-dijo golpeándome cariñosamente la cabeza con su mano.
Reí.
-Ya que estamos, también algo de beber.
Se desvió un poco del camino y comenzó a mirar hacia los árboles.
-A ver si encontramos un manzano o algo así-dijo.
-Cuidado, no vaya a ser venenoso-advertí.
-Mejor no comemos lo que no conocemos.
-Pues, desde luego, yo no veo que haya algo que conozca.
Me dio la razón con un movimiento de cabeza. Escuchamos un ruido de agua al correr.
-O alguien está meando o hay agua-dije.
Nos encaminamos hacia el lugar del que provenía el sonido. Y, efectivamente, encontramos un pequeño arroyo. Me arrodillé en la vera del riachuelo que batía sus aguas con fiereza contra las rocas que emergían del fondo, erosionándolas y formando guijarros.
-¿Será potable?-pregunté, desconfiada, oteando las orillas y tratando de distinguir el fondo del arroyo, ligeramente inclinada sobre la cristalina suficiente
-Habrá que arriesgarse-contestó juntando sus manos para formar una especie de cuenco que sumergió en las aguas y después, acercó a su boca con avidez.
Lo imité, todavía inclinada sobre la superficie.
-Una cosa, Noah-dijo.
-¿Qué pasa?-dije mientras me lavaba las manos y el rostro en las frías aguas.
-No te inclines tanto sobre el agua porque puedes… ¡Mojarte!-exclamó produciendo una sacudida en el agua que me mojó la cara, el pelo y la camiseta.
-¡Oh! Esta te la devuelvo-amenacé, abalanzándome sobre él.
Forcejeé con él, entre risas. Terminamos por caer sobre la hierba, yo encima de él. Le di un coscorrón y traté de levantarme. Me agarró del brazo impidiéndomelo con una mirada traviesa. Me recostó sobre él y me besó. Y, entonces, el mundo se detuvo para nosotros. Sus labios acariciaron los míos, algo húmedos. No era nuestro primer beso, pero era el primero desde hacía mucho tiempo. Al cabo de unos segundos nos separamos, ligeramente sonrojados. Me incorporé para tumbarme a su lado y cerrar los ojos. Apoyé una de mis manos sobre su pecho y cerré los ojos. Me aparté el pelo mojado de la cara. Sonreí. La luz comenzaba a hacerse más mortecina, estaba atardeciendo.
-¿Dónde dormiremos?-no creía que hubiera hostales en el medio de ese inmenso bosque que acogieran a elegidos y… ¿Qué era yo? Digamos ``acompañantes´´ que suena mejor que estorbos, porque eso era yo, un estorbo pero lo ayudaría en la medida de lo posible y lo imposible.
-Mejor que nos quedemos aquí ya.
-Me duelen los pies-dije.
-A mí también-confesó.
Me incorporé para desatar los cordones de mis Converse, suerte que las había elegido. Si me hubiera puesto mis sandalias o mis bailarinas como pensaba hacer por la mañana hasta que cambié de opinión, no habría llegado al arroyo con mis pies tal y como los conocía. Luego me volví a tumbar.
-Esto no es muy cómodo.
-Ya, es una pena que no hagan camas en el medio del bosque-dijo bromeando.
-Sí, no sé como no se les ha ocurrido-dije meneando la cabeza, en un gesto muy mío para indicar la estupidez de la gente.
Sonrió.
-Creo que deberíamos buscar algo de comer. Si pescara un pez o cazara un conejo ¿podríamos cocinarlo?
-A mí no me mires-me defendí-Que mi abuela sea la que haga el mejor cocido y la mejor paella del pueblo no significa que yo sepa cocinar. Prácticamente no sé no encender un fogón-reí ante mi desconocimiento y me apunté una nota mental: aprender a cocinar por si alguna vez volvía a acompañar a un elegido.
-Voy a ver que hay comestible por aquí-dijo poniéndose en pie.
-¡Ey! ¿A dónde te crees que vas sin mí?-dije apresurando a sentarme y ponerme los zapatos, metí los cordones para dentro evitando perder tiempo atándolos.
Lo seguí. Caminó por la franja del arroyo hasta que se alejó un poco, adentrándose en la espesura. Los cordones se me cayeron y tropecé, casi cayendo. Me agaché para atármelos y observé un rápido movimiento entre la maleza por el rabillo del ojo. Me detuve al instante y observé, no vi nada.
-Pablo…-dije en voz muy baja.
Dejó de caminar y se giró. Me preguntó con la mirada.
-He visto algo… Un movimiento…-supuse que no me creería porque ni yo misma lo hacía. Era mi imaginación.
-Ven, rápido.
Me acerqué a él.
-Tenemos que tener mucho cuidado, ¿entiendes? Me quieren a mí pero si hay que destruir a alguien más, no dudarán en hacerlo.
Asentí con miedo. ¿A qué clase de criaturas nos enfrentábamos? Conocía la respuesta, nos enfrentábamos a unas criaturas capaces de hacerle daño a alguien solo por lo que decía una tonta profecía.

Seguimos caminando, esta vez con más sigilo hasta que encontramos, solitario en un claro, un árbol de peras.
-¿Qué pinta esto aquí?-pregunté con extrañeza.
-No lo sé pero mejor que cojamos unas cuantas y volvamos al río.
-Espera, ¿por qué no caminamos un poco más, que seguro que hay una barbacoa?-dije.
-Conformémonos con esto-dijo cogiendo unas peras de las ramas más bajas y pasándomelas a mí.
-¿Y porqué peras? ¡Justo que son las que menos me gustan! Podían ser manzanas…
-También podían ser limones, así que, a caballo regalado no le mires los dientes.
-Pablo, por Dios, ¡qué pareces mi abuela con ese refrán!-exclamé entre risas.
Sacudió la cabeza y cuando cogimos unas cuantas peras, nos marchamos con rapidez hacia el río. Nos sentamos y comenzamos a comer.
-¿No se te ocurriría traer una navaja multiusos?-pregunté.
-No, si lo llego a saber traigo cubertería de plata-rió.
-Es que tienen la piel muy dura, más que las de toda la vida-expliqué.
-¿Las de toda la vida?-rió-Tú si que pareces mi abuela.
-Humm…-dije mordisqueando la pera. Estaba muy dulce y blanda.
Comí en silencio. Al terminar, me sequé la boca con el dorso de la mano.
-¿No habrá una papelera por aquí?-me miró con una ceja enarcada-Lo digo porque como son tan naturalistas y todo eso, ya te tienen manía por ser el elegido, si aún encima les ensuciamos el bosque…
-Tíralo ahí, tras los arbustos aquellos.
Me levanté y me acerqué al lugar al que me había indicado. Mientras lanzaba los restos, escuché un crujido entre los árboles, me asusté y di un respingo. Retrocedí con rapidez y me acerqué al oído de Pablo.
-He escuchado algo-le susurré.
Ya era noche cerrada. Lo miré, me devolvió la mirada, pensativo.
-Es demasiado tarde para buscar un sitio mejor, terminaremos por perdernos. Dormiremos aquí, debemos estar alerta.
-¡Yo aquí no duermo ni de coña!-exclamé.
-Es lo que hay.
Gemí en voz baja y observé a  nuestro alrededor. Con la oscuridad parecía que todo se movía, había sombras por todos lo lados, y susurros extraños. Se tumbó y tiró de mí para que lo imitara. Me tumbé y, nada más cerrar los ojos, los sonidos se intensificaron.
-No te preocupes, estaré atento-susurró.
Me acarició la cara y terminé por cerrar los ojos en dormirme.

8 comentarios:

  1. ¡Primera en comentar!
    Dios, me encanta! Quiero más, más, más *-----*
    Avísame en cuanto subas algo :)
    Es que Pablo y Noah son tan monos...! :D

    ResponderEliminar
  2. ooooooo!! me flipa el argumento... un mundo sin covertura e internet? que clase de mundo es?????? T^T xD
    Espero el siguiente pronto e??
    Besos

    xDestinyadministrationx

    ResponderEliminar
  3. ¡Me encanta me encanta me encanta!
    Fantasía y romance jajajaja me gusta mucho :3
    Besitos :)

    ResponderEliminar
  4. Me encantaa *¬* estoy deseando leer el siguiente :DD

    ResponderEliminar
  5. ¡AAAH! Estoy enamorada de tu novela, en serio, me encanta maria. Deseo leer el siguiente ya! Que enganche madre mía! xD
    He comenzado a subir una novela, te dejo el blog
    http://amormasalladelaunicidad.blogspot.com/
    Un beso!

    ResponderEliminar
  6. *-* Me ha gustado mucho, mucho. Dado que es fantasía seguro que te da más juego al escribir además a mí me encanta así que espero el siguiente y trataré de no tardar tanto en leerlo! jajaj (No creo porque ya serán vacaciones! *.*)

    Una duda que me corroe ¿cuantos años tienen?

    ResponderEliminar
  7. Este capítulo aun es mejor que el anterior ^^
    Me he reído mucho con lo de los vegetarianos haciendo pesas xDD
    voy a leer el próximo :)

    ResponderEliminar
  8. Muy muy chachi, me lanzo a por el siguiente y te hago un comentario más extenso :)

    ResponderEliminar

¡Hola! Alguien que se acuerda de comentar y hacerme feliz :) ¡¡Recuerda confirmar que no eres un robot!! xD
PD: Agradeceré tu comentario mientras no sea spam.