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viernes, 9 de diciembre de 2011

Capítulo 3

-¡Noah! Despierta.
Abrí los ojos, alarmada. La luz era casi inexistente y sólo distinguí los rasgos de Pablo. Me incorporé sobre el brazo y traté de despejar mi mente. Suspiré. En el fondo, esperaba que hubiese sido un sueño pero, claro, eso sólo sucede en los libros y las películas. Me dolía el cuerpo. Me estiré.
-¿Qué pretendes qué hagamos tan temprano?-bostecé.
Me miró con las cejas elevadas.
-No podemos quedarnos mucho tiempo aquí.
-La próxima vez que te elijan elegido de alguna profecía, contrataremos una ruta de hoteles antes. El suelo no es nada cómodo-dije poniéndome en pie y acercándome al riachuelo.
Me giré y vi que me observaba. Incómoda, le indiqué con un gesto que se girase. Asintió con un gesto, comprendiendo y se adentró en la espesura.
-No tardes demasiado-advirtió.
Me quité la ropa al borde del río y me sumergí, bueno, ni siquiera me llegaba a las rodillas pero yo me lavé con calma. Me mojé el pelo y, por suerte, llevaba una goma en la muñeca a modo de pulsera. Me recogí el pelo en una cómoda y sencilla coleta alta y, me vestí. Miré a mi alrededor, tenía hambre. ¿Habría cerca otro árbol de peras? ¿O, naranjas esta vez?
-¡Pablo!-exclamé bajito.
-¿Estás?-preguntó en el mismo tono.
Estaba apoyado en un árbol, dándome la espalda. Se mantenía a una distancia prudencial, lo suficientemente cerca para enterarse de si me pasaba algo y lo suficientemente lejos para mostrarse respetuoso.
-¿A dónde iremos hoy, elegido?-pregunté en tono de broma.
-No me llames así, Noah-dijo con la mirada fija en el suelo.
-Lo siento, ¿te molesta?-dije, avergonzada.
-Es que para mí no es algo bueno ser elegido.
¿Estaba de broma? Exploté, había mantenido un humor bastante bueno, dadas las circunstancias pero, en ese momento, mi buena voluntad de no ser borde, se esfumó.
-¿Te crees que a mí me gusta que seas el elegido de una profecía? ¡Yo quería un novio normal, con el que salir en verano, tontear y divertirme! Y estoy aquí, en un bosque detestable, caminando sin rumbo y teniendo que  estar incomunicada.
Suspiró y cerró los ojos. El aire se llenó de tensión. Sentía que si movía la mano, podría tocarla, palparla. Golpeé una piedra, me hice daño y a punto estuve de soltar una maldición pero me callé. ¿Acaso todo el mundo se había puesto de acuerdo para arruinarme la vida? ¡Sí, claro! No tenemos nada mejor que hacer y vamos a arruinarle la vida a la pobre Noah, que nada malo ha hecho. Empecé a gritar en mi interior. Me imaginaba dando gritos a diestro y siniestro, hasta que me desahogara,  hasta quedarme sin voz…
Eso me relajó un poco y conseguí calmarme. Pablo seguía en silencio con los ojos cerrados. Me senté en un tronco seco. Los rayos del sol comenzaban a ganar intensidad.
-Si querías un novio normal, debías haber avisado antes-musitó.
-Uno no elige de quien se enamora-suspiré.
-Lo siento, intenté mantenerte al margen pero tú…
-Yo siempre en medio, como los jueves.
-Me gustan los jueves-dijo con una sonrisa.
La tensión se había disipado al aparecer su sonrisa.
-No quería decir lo que dije-confesé.
-Entiendo lo que quieres, yo también. Me gustaba mi vida antes, aunque solo pudiera verte en verano y en fiestas. Excepto por ese detalle se podría decir que era perfecta.
-Entonces era imperfecta.
-Para mí perfecta.
-Pero, había ese fallo-protesté.
-Al concepto, a mí me gustaba mi imperfecta-perfecta vida.
Suspiré.
-Pensaba que pasaríamos un verano idílico-dije dándome cuenta de mi propia tontería.
-Yo también-permanecimos un rato en silencio-No sé que hacer.
-¿Humm?
-Sobre ti.
-¿Qué pasa conmigo?
-Que no puedo llevarte.
-Pues déjame en correos y después vienes por mí-dije con sorna.
-¿Serás capaz de quedarte aquí, con comida, hasta que vuelva? No, claro. Si yo no vuelvo...
-¡Ey!-le grité-Tú vas a volver, voy a ir contigo y vas a volver, le pego a quien haga falta.
-Me dejas muy tranquilo, si te llevo de guardaespaldas nadie va a intentar aniquilarme.
Cerré los ojos, estaba nerviosa. Eran temas demasiado complicados para mí. Me esforcé en aparentar normalidad y sonreír.
-¿Vamos? Tendremos que partir algún día.
Asintió y comenzó a caminar.
-Necesitamos un plan.
-¿Qué clase de plan?
-Uno, no lo sé.
-Pues vamos bien.
Caminaba veloz.
-Quiero salir de aquí cuanto antes.
-A mí tanto árbol me produce claustrofobia-exclamé.
-Chica de ciudad-dijo riendo. ¡Qué fresca y alegre sonaba su risa en ese bosque tétrico y silencioso!
-Chico de campo. Sería un buen título para una película: ``Chica de ciudad, chico de campo.´´
-Te lo recordaré cuando seas directora de películas.
-Ok.
Caminamos en silencio, tenía hambre. No protesté. Una hora después, seguíamos igual, caminando, con cada vez más calor y hambre.
-Me apetece un Cola-Cao con galletas.
-¿Cola-Cao? Eso está caliente, yo me tomaba un zumo. Si hubiéramos contratado la ruta turística de hoteles, ahora estaríamos en un buffet libre.
-Mejor no pensar en cosas apetecibles…
Reí bajito.
-¿Aquí la gente no come?
-¿Entiendes que estamos a kilómetros de lo que aquí llaman civilización?
-Ya pero sigo teniendo hambre…-murmuré bajito, me estaba comportando como una niña pequeña.
 -Espera aquí-ordenó sin tono de réplica.
Me senté sobre una roca. Vaya sitio. Todo verde. Podíamos estar caminando en círculos que yo no me hubiese enterado. Esperaba que Pablo tuviera más sentido de la orientación que yo porque si no íbamos mal.
El tiempo me pasó lento y, cuando al fin, Pablo volvió, traía unas frutas extrañas en los brazos. Parecían paradisíacas. Las miré con recelo.
-¿Son comestibles?-las señalé con la cabeza.
-Sí, eso creo.
-Si solo lo crees prefiero que no probemos.
Cogió una y le dio un bocado.
-¿Ves? No pasa nada-me tendió una.
La cogí pero todavía pregunté:
-¿Y si es de efecto retardado?
-Pues mala suerte-se encogió de hombros y la mordió de nuevo.
Al fin, lo imité. Sabía muy dulce y contenía mucho jugo, estaba fresca y deliciosa.
-Humm… No está nada mal-dije moviendo la cabeza afirmativamente.
Cuando terminamos de comer, reanudamos el camino.
-¿Algún día encontraremos un pueblo?-me quejé.
-Apenas llevamos unas horas caminando-terció.
-Pues yo ya tengo sueño…-reí-Una pregunta, ¿el tiempo pasa en nuestro mundo?
-No lo sé-reconoció.
-Si pasa, la cagamos, hablando mal y pronto. Ya me imagino los titulares:``Joven sale en busca de su novio, también desaparecido, y no regresa´´. La policía debe pensar que nos fugamos juntos. ``Jóvenes que han visto muchas películas se escapan juntos, se rumorea que podrían haber huido a un bosque´´.
-¿Sabes? Soy un egoísta.
Lo miré, patidifusa.
-¿Estoy hablando de los titulares sobre nuestra desaparición y me dices que eres un egoísta? ¿Se puede saber porqué?
-Porque, pese a saber el error que es que estés aquí, me alegro de tenerte junto a mí.
-Eso es muy bonito, y también algo macabro. Yo me alegro de estar al fin a tu lado-le toqué el brazo.
Se giró, se inclinó despacio sobre mí y me besó. Tardé unos segundo en darme cuenta de cuando se había separado. Todavía sentía el calor de sus labios sobre los míos.
-Me cuesta recuperarme de tus besos-dije expirando hondo.
Sonrió.
-Y a mí.
-Hoy es el cumpleaños de mi amiga Alba-recordé.
-¿Y?
-Que me va a odiar. Además de no poder ir a su fiesta, ni una llamada, un mísero mensaje, un comentario o tablón en Tuenti…
-Lo siento.
-No lo sientas, últimamente estaba muy borde conmigo.
-Te tendría envidia.
-¿Por?
-Por ser la chica más guapa del plantea tierra y más allá. Del infinito y más allá.
-Te pareces a Buzz Light Year-exclamé, incapaz de contener la risa.
Él también rió.
-Eres de lo que no hay.
-Por eso soy tu novia.
Cuando empecé a volver a aburrirme de tanto silencio hablé.
-¿Jugamos a un juego? Yo tengo que describirme a mí y a ti, y tú lo mismo. Así sabremos como somos el uno para el otro.
-Empieza tú.
Pensé unos segundos.
-Yo soy bajita, de pelo color paja, ojos azules desvaídos y piel clara. En conjunto, una sosa total.
-Discrepo-musitó bajito.
-Calla, ya tendrás tu turno.
-Tú eres…-me esforcé por encontrar las palabras adecuadas-Eres grande, en el sentido del alma y del corazón y todo ese rollo. Tienes el pelo cobrizo y muy bonito, y los ojos grandes, nobles y verdes como el color de este bosque que detesto, aunque tus ojos me encantan.
Rió.
-Te toca-apresuré.
-Yo no soy grande en ningún sentido.
-No eres bajito. Yo soy bajita-protesté.
-Tengo el pelo marrón-continuó-Y los ojos verdes amarronados.
-Son verdes, no verdes amarronados.
-Tú lo eres todo. Tienes el pelo rubio como el oro-odiaba ese símil, era lo más típico de lo más típico pero me callé-Los ojos del color del cielo y del mar, que me inspirarían mis canciones y poemas si supiese componer-aprecié el comentario-Tu piel es pálida, semejante a la de una regia dama de la alta nobleza medieval pero, tu carácter, lo desmiente. Desmiente esa apariencia de fragilidad, porque eres un terremoto, una bomba de relojería siempre a punto de explotar. No te callas ante nada ni nadie y defiendes tus ideales hasta el final. Aprecias la justicia bien cumplida. Y, me acompañas en momentos como este, en los que nada me queda, y quitas hierro al asunto, consiguiendo que me concentre en ti y nada más que ti, cuando los grandes problemas se abalanzan sobre mí y amenazan con sepultarme bajo su peso.
Permanecí en silencio.
-¿Sabes? Me siento fatal por no haber dicho más cosas sobre ti. Parece que no te quiero.
-Ya lo has demostrado.
-Te querré hasta el infinito y más allá, Buzz.
-Toy Story era mi película favorita cuando tenía ocho años.
-Lo sé-dije. Recordaba que Pablo todavía guardaba su muñeco de Woody.
-Buzz también es el de Bones, me encanta esa serie.
Rió.
-Me vi toda una temporada contigo.
-Mi personaje favorito es Hodgins.
-Él mío es el ayudante de Bones, ¿cómo se llama?
-Zach, el psicópata. Te pega mucho.
-No está loco, es un genio-defendió-¿Ves? Has conseguido que mi olvide de todo cuando los problemas se abalanzan.
Reí con desgana.
-Al menos sé hacer algo.
-Si aprobaste todo con buena nota.
-¿De qué me sirve saber calcular un logaritmo o la ley de Newton ahora?
-De nada-reconoció.
-Deberían prepararnos para cosas así. Un cursillo rápido para aprender a cazar, encender un fuego, buscar refugio…
-El año que viene protestamos.
-Trato hecho-dijimos estrechándonos las manos.
Y, con esa tonta promesa, juramos un futuro juntos, vivos.

8 comentarios:

  1. Hola :)

    cada día me gusta mas la historia, yo tambien tengo los ojos verdes amarronados XD aunque yo los llamo verdimarrones jeje.

    un Beso y espero el siguiente capi =)

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  2. Por cierto, ya estoy libre de exámenes y he subido un nuevo capítulo
    http://almasentinta.blogspot.com/

    Te espero ^^

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  3. Dios, yo también soy pálida, rubia (aunque no mucho) y tengo los ojos marrones verdosos que es parecido xDDD Adoro a Pablo. Me gusta mucho esta historia que intriga me dejas siempre. Esperando 4º capítulo...

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  4. Genial como siempre :D Otra que tiene los ojos como yo... sí, sí... Espero 4º capítulooo!! ;)

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  5. Genial, súper romántico, me caen bien los personajes, que no es poco :) los consigues perfilar muy bien y es todo taaaaaaaan hermoso... Que quiero algo de acción ;) Jajajja
    Un besito, está genial.

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  6. AAAAH pero que monooooooooooooooooooooooo es él. Me encanta. Y me gusta lo romántico que es todo asdfrtghyujtgrfedws quién tuviera un chico así.... Bueno que estoy deseando leer el cuarto pronto^^
    Un beso tocaya!

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  7. ¡¡¡Dios mio como me reí en este capítulo!!! jeje me encanta ^^

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