Seguidores

viernes, 13 de enero de 2012

Capítulo 9



-No fui del todo sincero al decir que esta piedra no tenía poderes.
-Pues suerte que no me habías mentido nunca-refunfuñé.
-¿Quieres escucharme? Me acabo de enterar hace poco. No sé porque brilla cuando estamos en problemas.
-¿Estamos en problemas?-me asusté.
-Eso creo. El otro día, cuando me llamaste por lo del tipo del pelo verde, la piedra brillaba y zumbaba con insistencia.
-¿Y por eso crees que es mágica?
-Lo del portal influye un poco.
-Dijiste que era corriente-contraataqué.
-Corriente para ellos, mágica para nosotros.
-Ehmm… Pablo, tengo que contarte una cosa.
-¿Qué?-dijo avanzando más rápido.
-Me estás mintiendo.
-¿Por qué lo dices?-dijo girándose hacia mí.
-Ha sucedido otra vez.
-¿El qué? ¿Cuándo?
-La otra noche, tú te levantaste. Yo estaba despierta-abrió la boca-Cierra la boca que te van a entrar moscas-obedeció-No te seguí porque pensé que irías… irías… humm… al baño-concluí,  algo avergonzada-Pero vi una luz potente entre los árboles y cuando me iba a levantar volviste. ¿Qué pasó?
Permaneció unos segundos en silencio antes de explicarse.
-Ni  yo sé  que pasó. Noté vibrar la piedra y me levanté. Cuando estuve entre los árboles, la examiné atentamente. Sentí que algo me recorría y cerré  los ojos, noté una energía fluir de mí hacia la piedra y  hubo ese estallido de luz. No sé que fue ni como lo hice.
-Entonces, ¿tienes poderes?-esta vez  era yo la que estaba con la boca abierta.
-No lo sé.
-Ahora, contéstame una pregunta. ¿Sabemos algo?-dije con retintín.
No contestó.
-¿Y cuál se supone que es el peligro ahora?
-Tampoco lo sé.
¡Qué bien estábamos!
-¿Y  porqué no puedo tocar la piedra?
-Cuando vibra y zumba, quema, o al menos a mí.
-¿Puedo probar?-dije con  interés.
-Claro que no-se negó en rotundo.
-¿Por qué?
-Porque no.
-Por fiii-supliqué.
-Otra vez me vuelvo a preguntar si tienes cinco años.
-Eres un poco aguafiestas, ¿no crees?
-Noah, cariño, esto no es una broma.
¿Bromeaba? ¡Ya lo sabía! Pero no me iba a echar a llorar a cada desgracia que nos sucediese. No contesté. Caminábamos muy rápido.
-Parece que huimos.
-Es que lo estamos haciendo.
-¿Se puede saber de qué escapamos?
-De lo que sea que nos persiga.
¿Ahora nos perseguían?
-¿Cómo qué nos persiguen?
-Lo intuyo.
Ahora intuía cosas. Me callé. Estaba segura de que su intuición le fallaba. Y mucho. A veces  Pablo me estresaba.
-Baja un poco el ritmo, Usain.
-Tú y mis motes.
-Creo que nunca te puse tantos motes como ahora.
-Eso es porque estamos pasando el mayor tiempo seguido juntos.
-Me alegro de que lo  estemos pasando.
-Pues yo no.
Iba a contarme que prefería estar solo y que  yo estuviera a salvo  y todo eso. Otra vez.
-Es que tú eres muy peculiar-dije con sorna.
-Yo debería estar solo…-ya empezaba.
-¡Sólo aquí y yo en mi casa!-le grité-Búscate otro discurso-me había enfadado-Y a ver si se te mete en la cabeza que no es culpa tuya. Si  es de alguien será mía por meterme donde no me llaman. ¡Joder, ya!-dije dándole una patada a un árbol-¡Y ni se te ocurra disculparte!-advertí.
Se quedó callado, sin saber que hacer. ¿Había sido muy dura? No, debía saber lo que pensaba. Tanto victimismo ni tanto rollo. ¡Qué no era una peli de drama!
-Pablo, te tengo que decir una cosa, de  corazón. ¡Cómo otra cosa no tendrás trabajo pero como dramaturgo griego...!
Reí. Él también. Comprendí que el mal momento había pasado de largo en nuestra historia.
-Me encanta que me digas esas cosas-exclamó riendo.
-Te las diré siempre que quieras-le sonreí.
-Estaré siempre para escucharlas.
Me estremecí. Sus palabras me habían causado un gran efecto, sin él saberlo. Estaré siempre para escucharlas. Eso esperaba. ¿Lograríamos superarlo juntos? Decían que el  amor lo derrotaba todo pero, ¿sería verdad? La mayoría de las cosas que se decían eran mentira, pero alguna tendría que ser verdad. ¿Sería esa?
-¿Estás bien?-dijo, tocándome el brazo ante mi repentino silencio.
Asentí. No lo estaba. Me encontraba nerviosa y preocupada. Pero no  se lo iba a decir. Yo no era la clase de persona que cuentan sus problemas y preocupaciones a todo el mundo. Bueno, Pablo no era ``todo el mundo´´ pero esa era otra razón para no decirle nada. Porque me importaba demasiado para preocuparlo. Estaba casi segura de que para mí hubiera sido más fácil contarle mis preocupaciones a un extraño que a Pablo.
-Busquemos algo de beber.
-Creo que hay un supermercado donde comprar refrescos a la vuelta del próximo árbol-reí.
-Como se te va la olla.
Asentí con energía.
-Pues llama a un psiquiátrico.
-Lo haré esta misma noche.
-No podrás-dije con una malévola sonrisa.
-¿Por qué?
-Por que estarás amordazado y atado contra un árbol.
-Habrá que verlo.
Reí, otra vez.
Se detuvo para darme un beso en la frente.
-¿A qué viene esto?
-Me apetecía besarte, ¿te ha molestado?
-No-contesté con una  sonrisa.
Lo besé en los labios. Y, así, permanecimos unos minutos sin separarnos. Se separó para abrazarme.
-Te quiero-susurró.
-No hacía falta que lo dijeras-respondí.
-Quería hacerlo.
Enterré la cara en su pecho. ¿Qué haría sin él? No quería ni plantármelo.
Me tiró de la coleta.
-¿Se puede saber que haces?-pregunté con cierto enfado.
-Será mejor que nos marchemos.
Puse los ojos en blanco pero no protesté.
-¿Podremos descansar algún día?
-Sí, uno muy lejano-dijo con ironía-Espera un rato y paramos.
-Eso espero porque si no empezaré a preguntarte cada dos por tres si falta mucho.
-No, eso no, por favor.
-Tenlo en cuenta-dije dándole una palmada en la espalda.
-Ven aquí-dijo.
Me acerqué.
-¿Cabes por ahí?-señaló un hueco en la maleza.
-Supongo.
-Pues entra.
Obedecí. Él  me siguió.
-¿A dónde vamos?
-Ahora lo veremos.
Nos metíamos entre la maleza sin saber a donde íbamos. Salimos a un pequeño riachuelo.
-¿Cómo lo sabías?
-Intuición masculina.
Seguro. Pero tampoco me importaba, tenía sed.
-Descansemos un rato.
Asentí. Me dolían los pies. Me quité las zapatillas (cada vez más gastadas) y los calcetines y remojé los pies en el agua.
-Vente, se está muy bien.
Pablo no contestó. Me giré. Ya no estaba a mi lado.



10 comentarios:

  1. Esto... ¿Dónde se ha metido Pablo? Lo has vuelto a hacer ¡LO SABIA! jajaja Fantástico. Un beso

    ResponderEliminar
  2. Dicho con todo el respeto del mundo, lo tuyo se llama mala leche... no nos puedes dejar así!
    Quiero más :D

    ResponderEliminar
  3. Totalmente de acuerdo con Sofía, ¿porque tienes tan mala leche?
    Te gusta hacernos sufrir... sube pronto.
    Un beso, Marisa.

    ResponderEliminar
  4. muy chulo pablo anda desapareciendo a todas horas XD siempre logras hacer q nos kedemos con ganas de mas un beso.

    ResponderEliminar
  5. Si es verdad te deja dejarnos ahi con la miel el los labios ¬¬ Pero yo tambien ajajaja Pasate hay un nuevo capitulo!

    ResponderEliminar
  6. Me encanta! quiero leer el prox^^
    He subido el primer capitulo de elección un beso^^

    ResponderEliminar
  7. Si alguna vez me encuentro con Pablo no pienso quitarle los ojos de encima, ya que desaparece al instante jeje
    muy buen capítulo ^^
    espero el próximo :D

    ResponderEliminar
  8. NOOOOOOOOOOOOOO.
    No me dejes con la intriga :((((
    Espero que subas otro capítulo más y pronto! me muero de ganas de saber que pasará! ^^
    Un besooo!

    ResponderEliminar
  9. Me encantaa la historiaa!!!!!
    Aunqueee odioo que me dejen con la intriga!!
    Esta´re esperandoo al siguiente capítuloooo!!!!
    Ya te seguimoss!!
    Pásate por el neustro y síguenoss!! :D
    http://mastardeloesperado.blogspot.com/
    Muchisimas graciaasss

    ResponderEliminar
  10. Hola, después de nueve capítulos sin parar, comento. ME ENCANTA. Se me ha paralizado el corazón al leer que no estaba Pablo. Maldigo el no haberla podido empezar antes, de verdad.
    Bueno, seguiré leyendo, que me queda mucho todavía y quiero acabar antes que termines tú de subir capítulos jajaj
    Un beso ^^

    ResponderEliminar

¡Hola! Alguien que se acuerda de comentar y hacerme feliz :) ¡¡Recuerda confirmar que no eres un robot!! xD
PD: Agradeceré tu comentario mientras no sea spam.