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martes, 27 de marzo de 2012

Capítulo 23



Y llegamos a un prado con un riachuelo.
-¿Te dejamos humm… a solas?-dijo Pablo.
Asentí y se marcharon tras decir:
-Volveremos en seguida.
Me senté en el suelo. Me lavé y luego decidí esperar. Tarareaba en voz baja y arrancaba la hierba con la mano. Estaba bastante contenta, después de mi charla con Pablo. Escuché unas pisadas. Pablo y Arturo, pensé.
-Hola, chicos-dije en voz alta, sin obtener respuesta. 
Levanté la mirada. Al otro lado del arroyo había un… monstruo. Tenía forma de lobo pero era tan robusto como un oso. Su pelaje era completamente blanco con una raya  desde la cabeza hasta  el rabo de color negro como la noche. Sus ojos eran  afilados y de color verde intenso. Gruñó bajo, mostrando unos colmillos afilados y enormes, aterradores. Me levanté rápido y retrocedí, asustada.
-Tranquilo-dije en voz baja.
Levantó las orejas, girándolas hacia mí y gruñó más alto todavía. Estaba a unos veinte metros. Sus patas eran lo suficientemente fuertes como, con un par de zancadas, abalanzarse sobre mí. Estaba acorralada. Si corría, me atraparía. Si me quedaba quieta, me atraparía. No creía que fuera a cambiar de opinión… Me iba a convertir en hamburguesa de depredador. No era el mejor final, la verdad. Una sueña con finales algo más románticos. Acabar hecha carne picada, es un asco. Sentía una sensación extraña, la cercanía de la muerte con su guadaña. Comenzó a caminar hacia mí, con calma. Di un paso atrás. Él volvió a avanzar y yo retrocedí. Y así seguimos durante unos metros, en una última danza mortal. Trataba de  no  perder el contacto visual. Tal vez si lo perdía me atacara. Y finalmente, tropecé, cayendo hacia atrás. El lobo-oso enseñó sus dientes en una malévola sonrisa.
Todo iba a terminar así. Las lágrimas inundaron mis ojos pero no les permití el paso. Si moría, no lo haría llorando. Podría haber gritado pero no pensaba arrastrar también a Pablo. Si moría yo, bueno, vale, que se le iba a hacer… Pero él no, eso desde luego. Sólo deseaba que el bicho ese se fuera antes de que él volviera. Y que no me viera hecha picadillo, prefería ahorrarle el espectáculo. Tenía las manos sudorosas, apoyadas en la hierba. Preparó las patas traseras y tensó su cuerpo. Cerré los ojos un instante. Te amo, pensé, no lo olvides. Y me mentalicé para sentir su golpe y sus fauces. Pero no lo sentí y lo miré. Lanzó un aullido y saltó en mi dirección. Me estremecí y algo me golpeó del lado derecho, alejándome. Ambos cuerpos caímos con violencia, yo debajo. Oí al oso-lobo emitir un sonido que me heló y lo escuché correr en nuestra dirección. Abrí los ojos y vi que un cuerpo me protegía. Una mano me empujó. Temblé. Era incapaz de pensar. Todo iba tan deprisa. Me costaba comprender que no estaba muerta. El monstruo gimió y lo vi correr, alejándose tras dirigirme una mirada y un gruñido.
 Dejé caer la cabeza sobre el suelo con el corazón latiéndome frenéticamente. Alguien se me acercó pero no me moví.
-¿Estás bien?-era la voz de Arturo que sonaba entrecortada.
Asentí mecánicamente. Me tendió la mano, cálida y protectora. Se la cogí y me incorporé.
-Todo me dá vueltas-dije a duras penas.
Me incliné y vomité sobre la hierba. Me ayudó a levantarme y a caminar.
-¿Te ha hecho daño?
Negué con la cabeza, sin fuerzas. De pronto, sentía un frío helador. Me  puso su sudadera sobre los hombros, la que le devolviera esa misma mañana.
-¿Y Pablo?-inquirí en voz baja.
-Vendrá ahora. Tranquila, estará bien-me aseguró.
Me ayudó a sentarme en el suelo. Seguía sintiendo que el mundo giraba demasiado deprisa a mi alrededor. Pablo tardó poco en llegar.
-¿Qué ha pasado?-dijo acercándose a mí con rapidez-¿Te encuentras mal?
Sacudí la cabeza.
-Esto…-dijo Arturo.
-¿Qué?-acució Pablo.
-Había un bicho aquí y la ha atacado-simplificó.
-¿Está bien?-preguntó a Arturo viendo que yo no le contestaría.
-Eso creo, tal vez un poco conmocionada-explicó.
Pablo me rodeó con su brazo derecho y me atrajo hacia su pecho. Me apoyé en él, sintiéndome más reconfortada.
No hablaron.
-Ya pasó-susurró Pablo en mi oído.
Me estremecí.
-Era… horrible-musité con un hilo de voz.
-No se volverá a acercar a ti-dijo-¿Cómo era?-preguntó a Arturo que se lo describió a la perfección.
Parecía preocupado. Me abrazó con más fuerza.
-Estás bien-dijo, más para él que para mí.
-Te amo-le dije.
Asintió.
-Te lo quería decir antes de...-me interrumpió.
-Lo sé.
-Siempre-añadí.
Asintió, sonriéndome.
-Descansa.
Asentí. Era lo mejor, debería poder volver a pensar cuanto antes para poder formularle todas aquellas preguntas que rondaban mi mente pero estaba demasiado cansada como para decir.










6 comentarios:

  1. ¡Me encanta este capítulo! :D Pero, me pregunto... ¿qué habrá echo Arturo para alejar al monstruo ese? Mm... intrigante... ;) ¡Espero el siguiente! :D
    ¡Un beso! :D

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  2. Al final te voy a dejar un comentario aquí también.
    Pero no tengo imaginación así que... Corto pero intenso.
    Y que suenan las campanas de mi muerte... Y la tuya pero casi que yo tengo más papeletas... Pues nada a la pira como ya quedamos ayer xD.
    Un beso Salamandra xD
    Ya dije que cada día te ponía una tontería diferente

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  3. Tenías razón, este capítulo es BRUTAL. *-* ♥

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  4. GUAU! chica yo no se lo que haces para inventar esos bichitos...pero consigues que me parezcan monos, temibles y acojonantes a la vez xD
    Si es que tu nos has querido dejar con la intriga de cómo ha conseguido mi Arturiito echar a esa bestia...¡pero conmigo no lo consigues! seguro que mi Arturo a usado su encanto natural y ese mal bicho a salido corriendo deslumbrado por su preciosa sonrisa (LL) xDD
    No...ahora en serio ¿¡cómo ha conseguido vencer a ese monstruito!? ¿Con super fuerza? xDD (si es que ni hablando en serio me puedo centrar xDD) Y ya se tu gran respuesta: lo veremos en el próximo capítulo xDD
    Besitos y quiero el próximo...¡YA!

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  5. Me he puesto al día velozmente, que últimamente no he entrado ni en mi propio blog xDDD
    Lo cierto es que sigo enganchada y cada vez más. Deberías mandarlo a una editorial, es realmente bueno.
    Espero saber más prontito.
    Un beso cielo :)

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  6. YO QUIERO QUE DEJE A PABLO Y SE VAYA CON ARTURO. ARTURO FOR PRESIDENT.
    Siento el momento de fangirleo. Es que a estas horas empieza mi hora tonta.

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