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domingo, 10 de junio de 2012

Capítulo 41




Nos sentamos en un sofá. Sólo podíamos esperar.
-Odio tener que esperar-me quejé.
-Tú aún puedes salir, yo estoy retenido-levantó las manos en un gesto de derrota.
Lo comprendía.
-Es más tonto que…-me desesperé.
Suspiró.
-Tiene un ego más grande que un elefante-continué.
-Para, ya, Noah.
-¿Lo estás defendiendo?
Lo miré fijamente a los ojos.
-No, pero déjalo ya.
Me callé.
-¿Qué has averiguado?-inquirí.
-Es largo de contar y ahora mismo no tengo ánimos para hablar.
Cerré los ojos. No podía dejar de pensar en Arturo. Cada vez tenía más ganas de asesinarlo. Había que ser realmente imbécil para marcharse sin decir nada a nadie. Le estaría bien que llevara un susto, así aprendería.
No sé cuanto tiempo permanecimos en silencio, escuchando el trajín que se había formado en la casa.
Alguien llamó a la puerta. Un hombre entró. Tenía el pelo negro pero corto y mostraba una afable sonrisa. Me miró.
-¿Puedo hablar un minuto contigo?-su voz me resultó familiar aunque no supe de qué.
-¿Conmigo?-dudé.
Asintió y me levanté. Salí tras él.
-Cierra la puerta, por favor.
Obedecí.
-Es sobre tu amigo.
-No es mi amigo. Nos lo encontramos y ha venido con nosotros pero no es mi amigo-dejé bien claro todo.
-Entonces, lo dejamos en el chico que os acompañaba ¿te parece bien?-me sonrió afablemente.
Asentí, relajándome al ver que era alguien amable y con quien podría hablar con normalidad.
-¿Tenía interés en algo especial?
-Que yo sepa no-me encogí de hombros-Nunca me ha dicho nada. Sólo quería volver a casa.
-¿Nunca había estado aquí, verdad?
-No, llegó aquí por error.
-¿Puedes explicarme lo que sepas?
-Pablo y yo venimos desde un pueblo. Supongo que ya sabrás como se llega por eso de ser seguidor de Kaelida y…-lo miré, esperaba a que continuara-Bueno, él pasaba por allí y se detuvieron a tomar algo. Él decidió estirar las piernas y vio a alguien que le llamó mucho la atención (tenía el pelo verde). Lo siguió y llegó hasta aquí. Nosotros creemos que era Enlorth-añadí-Dijo que lo intentó matar y luego nos encontramos con él.
-Eso fue un gran contratiempo-se limitó a decir.
-Y tanto-le di la razón.
-Muchas gracias por la información-dijo, dando media vuelta.
Entré en la habitación y me senté de nuevo junto a Pablo.
-¿Qué ha dicho?
-Me ha hecho preguntas sobre Arturo-respondí.
-Espero que esté bien-murmuró-No es mal chaval, un inconsciente pero nada más.
-Hasta se le echa de menos. Por lo de no tener con quien discutir-me apresuré a decir.
Se rió.
-En el fondo, os parecéis.
-Si tú lo dices…
-Los dos sois muy cabezotas.
-Yo no soy cabezota…-protesté inútilmente, sabía que lo era.
-Os parecéis también en que no os importa lo que piensen los demás.
-Depende de quiénes sean los demás…-murmuré.
-Gustos musicales similares-pensó un momentos, antes de añadir-Los dos me caéis bien.
-¡Oh, qué amable por tu parte!-lo golpeé cariñosamente en el brazo.
Se rió despacio.
Cogió el libro de antes y continuó, leyéndolo.
-¿Cómo puedes concentrarte?-lo interrumpí al cabo de unos instantes.
Se encogió de hombros.
-No creas que es fácil, pero es realmente importante.
Tras un rato de lectura,cerró el libro y me miró.
-Te contaré lo que he averiguado-comenzó-Al principio, puede que no lo comprendas pero todo cobrará sentido.
Asentí, expectante. Respiró hondo, bajó la mirada por última vez al libro y empezó a hablar en voz baja y suave.
-Aquí habla de la profecía y de Kaelida, básicamente. Explica algo de mitología que no me parece realmente importante. Pero, sobre todo, habla de la profecía, del elegido y de Ehia. Junto con su relación con Kaelida. Desde siempre, en todas las historias, ha habido malos y buenos, junto con los neutrales. Para simplificar, el malo sería Akyan, la buena, Ehia, y la neutral, Kaelida. Estoy simplificando mucho-advirtió.
-Ya me había dado cuenta. Continúa.
-Akyan, quería tener el control, esclavos, yugo de esclavitud… Pretendía dominar a la gente con su poder. Ehia, creía que, tras la supuesta muerte de Akyan a manos de Enlorth, nada había acabado. Pensaba que Akyan volvería con más fuerza, reencarnado en un… en un cuerpo humano, digamos-reflexionó. Iba a preguntarle como Ehia sabía eso pero se me adelantó-No me preguntes como lo sabía Ehia, no lo explica y no creo que lo sepamos nunca.
-Todo esto, más o menos, ya lo sabíamos. ¿A dónde quieres ir a parar?
-Espera a que termine.
-Kaelida está en desacuerdo con Ehia. No cree que Akyan vuelva, y opina que sólo condenará la vida del ``elegido´´ Y así, transmite sus conocimientos a alguna gente, que están de acuerdo y empiezan a extenderse para formar esa especie de secta que conocemos ahora.
-¿Cómo se supone qué van a ayudarte?-interrumpo.
Se calló y meditó.
-No delatándome ante Enlorth.
-¿Sólo eso?-me decepcioné.
-Algo más harán.
-¿No viene ahí?-señalé.
Negó con la cabeza.
-Ya nos lo explicarán.
Justo cuando iba a hacerle una nueva pregunta, alguien irrumpió en la habitación.
-¡Traigo malas noticias!
Era una mujer, con el pelo rizado y verde con tonos azulados. Sus ojos eran almendrados y pequeños, muy azules. Vestía una falda muy larga y una especia de blusa con bastantes adornos, en color naranja ambas.
-Eh… ¿Qué pasó?-se notaba que Pablo no estaba acostumbrado a ser considerado el centro del Universo.
-Vuestro amigo-calló en su segundo, supuse que para cargar el ambiente de tensión-Ha sido apresado por los guardias secretos de Enlorth.
-¿Qué?-gritamos Pablo y yo a la vez.
No respondió.
Empecé a ponerme histérica, la ignoré y comencé a hablar con Pablo, apresuradamente.
-¿Y ahora qué hacemos?-me desesperé.
Inspiró y expiró.
-Hay que ayudarlo-decretó.
-No-interrumpió la mujer-No puedes ir a ningún lado. En todo caso, alguien de los nuestros.
-Pues bueno, vamos-me levanté enseguida y Pablo me siguió.
-No, quedaos aquí, nosotros nos ocuparemos de todo.
-No-me negué-Quiero ir. Vale que Pablo se quedé-lo miré-Pero Arturo es mi amigo y quiero ayudarlo-sabía que era peligroso pero, en el fondo, Arturo no me caía tan mal.
-¡Noah, estás loca! Tú no vas a ningún lado-Pablo me sujetó un brazo y me miró fijamente-Es peligroso y lo sabes.
-¿Y por eso deben arriesgarse otras personas cuándo la culpa es de Arturo, nuestro amigo?
Lo dejé sin palabras.
-No quiero que se arriesgue nadie-reconoció.
-¿Quieres dejar a Arturo a su merced?
-No… No me entiendes-suspiró-No quiero que nadie tenga problemas.
-Pero ya los tiene alguien. Y hay que solucionarlos.
Agachó la cabeza. La mujer salió de la habitación.
-¡Espera!-grité-Yo voy.
Se encogió de hombros y me dispuse a seguirla.
-Noah, sé razonable… Hazlo por mí.
-Yo soy razonable-no lo miré cuando lo dije-Tú eres el que no razona ahora. Tendré cuidado, pero déjame ir, puedo ayudar.
Me miró con ojillos de cordero.
-Te lo suplico. Sabes que si te pasa algo yo…
-Lo sé-no permití que terminara la frase, tal vez porque temía cambiar de opinión-Te juro que tendré cuidado, sabes que si no no lo haría, con lo miedosa que soy-le sonreí, parecía triste-No pongas esa cara que no te estoy matando-bajé la vista.
No respondió.
-Ey-llamó a la mujer que se volvió-Asegúrate que cuiden de ella.
La mujer asintió, sin demasiado interés y siguió su camino.
-No hace faltas que me repitas que tenga cuidado-advertí.
Rió en voz baja.
-Está bien-se rindió.
La seguí. Me acompañó hasta la puerta. Me acarició el pelo y se inclinó hacia mí, para besar mis labios con suavidad.
Me volví, sin mirarle a los ojos. No entendía porque, los míos se habían humedecido sospechosamente.
En la entrada había un grupo de personas, con ropas normales, no demasiado sospechosas.
-Tendrá que cubrir su pelo-señaló una mujer alta y delgada.
-Y su cara-apostilló otra.
Las miré con enfado. Alguien me lanzó una especie de gorro que me cubría la cabeza y el rostro, dejando visibles los ojos. Me llegaba hasta los hombros. Si no fuera porque era verde, habría parecido una terrorista. Bueno, visto desde ese punto, parecía que llevaba camuflaje militar.
Pablo seguía en la puerta. El grupo se puso en marcha y los seguí, sin hablar.
-Tú vendrás conmigo-dijo una mujer-Sígueme en todo momento y atiende.
Asentí, sobrecogida con la misión que debía realizar y permanecí atenta a sus pasos.






4 comentarios:

  1. Arturo...Arturoo...ARTUROOOOOOO! Noooo porqueeeee! T.T Se lo han llevado! Con lo bueno que es! Y encima ha tenido que pasar eso para que Noah y Pablo se den cuenta de lo que vale...
    Más te vale que esté bien, porque si no mataré a Noah y a Pablo...seguro que ha salido de la casa solo porque estaba harto de sus rollitos amorosos ¬¬ Quizás venía a buscarme para que le de mimitos :3 (paranoia modo on xD)
    Espero el próximo y felicidades por todas esas visitas, te las mereces ^^

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  2. Wow!! Llevo muucho tiempo leyendo el blog y me encanta!!! Realmente escribes muy bien y sabes como pillar a los lectores!!! Muchisimas felicidades y sigue asii!!
    PD: adoro a Pabloooo!!!! No puede ser más monooo!! Y me encanta la actitud de Arturooo jajaja, el tipico tio que siempre va en broma pero es una monada de persona!!!

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  3. Por fin he llegado al capitulo 41. Toda esta semana leyendo para estar al dia havalido. Que mala eres dejadonosen intriga. Quiero el siguiente ya. Que no se porque siempre nos dejas en lo mas interesante. Que Arturo se pudra y lo maten jejejejejeje (q mala soy)

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  4. Mi Arturo D: ¿Veeeees? A Noah la gusta Arturo :D Qué maaajos :3 Jopetas, espero que no les pase nada malo :S
    Seguiré leyendo, que creo que ya me queda poquito ^^

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