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viernes, 9 de marzo de 2012

Capítulo 19


Cerré los ojos apenas unos segundos bajo el ardiente sol. No me encontraba bien. Estaba… desmoralizada. Era todo tan turbador. Y ya estaba cansada. Estaba comenzando a perder fuerza a grandes pasos. Sólo quería sentarme en un rincón y llorar. Cuando abrí los ojos de nuevo, miré a Pablo. Caminaba en silencio, con la cabeza gacha, volviendo la cabeza de vez en cuando para dirigirme una trémula sonrisa. Esa era la razón para seguir adelante. Su sonrisa, su mirada, él. Por él debía ser fuerte.
Él tenía más motivos para estar asustado, era su vida la que peligraba. Pero yo temía por él, porque lo amaba. Cada vez, dudaba más de que fuéramos capaces de superarlo con vida. Y esa posibilidad era terriblemente aterradora. Su vida. Mi vida. Nuestras vidas.
¿Qué pensarían nuestros familiares si no regresásemos? ¿Sabrían algún día lo ocurrido? ¿Nos estarían buscando en aquellos mismos instantes? También sería muy doloroso para ellos.
Recordé a mi hermana, con la que había discutido la última vez  que la viera. Deseé  poder disculparme, ella no decía las cosas de verdad, al  igual que yo. Todos los insultos,  no eran  más que un camuflaje de sus sentimientos.
Y  la familia de Pablo… ¿Se echarían la culpa mutuamente? Si pensaban que estábamos desaparecidos, podrían pensar que nos habíamos escapado y mi familia pensaría que Pablo era una mala influencia y la de Pablo, que lo era yo.
Me aparté un mechón de pelo de los ojos y lo recoloqué en su lugar. Miré a Pablo, parecía agotado. Arrastraba los pies y no parecía rebosar la energía que lo caracterizaba.
-Monta tú-dije.
Tardó un segundo en volverse.
-¿Qué has dicho?-preguntó.
-Que montes tú a Bucéfalo, iré yo un rato a pie.
-¿Por qué?-preguntó.
-¿Quieres dejar de preguntar y ayudarme a bajar?-corté.
Asintió ante mi mal humor. A veces me desesperaba con tantas preguntas, podía cortarse un poquitín…
Me ayudó a desmontar y, esa vez, no tuve problemas.
-¿Hago algo mientras subes?-pregunté con indecisión-Ya puedes saber llevarlo tú que yo con eso de las riendas…
Negó con la cabeza y tranquilizó a Bucéfalo.
-¿Seguro que no sujeto a Buce?
-¿Buce?-se burló mientras montaba con cierta elegancia. No se le daba mal, para sólo haber visto de cerca caballos en el zoo.
-Bucéfalo es un nombre muy largo.
Se encogió de hombros, tambaleándose ligeramente al hacerlo. Sujetó la cuerda y la sacudió a la vez que lo golpeaba en los flancos. El equino no reaccionó. Me reí.
-Guíame, jockey.
-Búrlate, búrlate-bufó.
Caminaba detrás de él que guiaba mi camino. Siempre él. Mi guía. Que me indicaba como volver y siempre permanecía a mi lado. La luz que iluminaba mis días y daba sentido a mis noches. Suspiré.
-Me sienta mal que vayas detrás, caminando, mientras yo voy montado en Buce.
-Tengo que estirar las piernas, y tú estás cansado-alegué.
A medida que charlábamos me había ido alegrando un  poco. Otra virtud más que tenía, conseguía hacerme olvidar todo y conseguir que sonriera en los peores momentos. Otra razón más para amarle.              
Miré a ambos lados del camino de maleza que seguíamos. Buscaba una sudadera. De chica. ¿Qué tocaría esta vez? ¿Iron Maiden? ¿ACDC? No era una broma pero, cada vez que lo recordaba, un escalofrío recorría todo mi cuerpo.
-Tenemos que planear algo, para no estar indefensos si nos tienden una emboscada o nos atacan-rompió el silencio.
-¿Qué quieres que haga? ¿Aprender karate?
-No, pero debes tener un arma-su voz denotaba un tono impersonal y muy frío.
No contesté.
-Tendré que fabricar algo-musitó.
Asentí.
-Deja de pensar ya en eso, olvídate-le dije. Me arrepentí de mis palabras nada más decirlas.
Le estaba pidiendo que se olvidase cuando nuestras vidas peligraban.
-No quería decir eso…-me miró en silencio, haciéndome sentir incómoda-A ver, escucha… Quería decir que tenemos que descansar-propuse-Estar un día sin pensar en lo que nos sucede.
-Ese día puede ser decisivo-objetó.
-Ya, pero... Por favor, ambos lo necesitamos-supliqué, superando mi miedo y acercándome a Buce para apretarle el brazo a Pablo.
-Está bien-cedió.
-¿Mañana?-propuse.
Asintió, resignado.
-Te quiero-murmuré. Las palabras estaban cargadas de emoción contenida.
-Y yo, sería imposible no quererte-respondió en el mismo tono.
-Mañana será nuestro día, baby-reí,guiñándole un ojo.
-Me muero por saber que estás pensando-dijo.
Hablamos de cosas banales y luego, Pablo buscó unas frutas extrañas de cena y nos acomodamos para dormir.
                         

4 comentarios:

  1. Buaah,me ha encantado.A mí no me haparecido tan romanticón jaja Espero con ansia el siguiente capítulo :D

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  2. Hola soy Noelia Calipo !!!!!! Esta muy bonito y me ha encantado el final es romantico!!!
    Pero estoy segura de q el siguiente lo sera aun mas ^.^

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  3. Me ha gustado como siempre :)

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  4. hombre no es taaan romantico...¡pero si muy tierno! and I love it ;) (L)
    Ves! al final Noah se llevará bien y todo con my busy! (ahora es mi busy que su nombre es demasiado largo para escribirlo(y taan mono!xD))
    yo tambien creo que necesitan un día para olvidarse de todo...¡pero no cuando pueden clavarles una lanza en cualquier momento! o.O
    Espero el siguiente para ver si les clavan la lanza y si Noah sigue buscando sudaderas en mariposas xD
    PD: A el/la desconocid@ crees que le gustara my chermical romance? así no me sentiré sola en el mundo de Noah y Pablo xD (en el que están ahora)
    PD2: Ueee iniciando la nueva tradicion de coments! xD

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